Black jack. Un juego con historia
El origen de este juego parece remontarse al siglo XVI, cuando se jugaba en los salones de la corte española. Con el paso del tiempo, se ha ido perfeccionando hasta llegar a la versión actual: Alcanzar o aproximarse a la cifra de 21, sumando el número de cada naipe del 2 al 10 (diez en el caso de las figuras y, uno u once, en el caso de los ases).
Decidir si plantarse o seguir jugando, cuando uno se acerca al 21, marca la diferencia entre ganar y perder. Si no llegas, puedes ser superado por tu oponente, y si pretendes acercarte demasiado corres el riesgo de pasarte, y pierdes igualmente. La decisión de plantarse o no, es fundamental para continuar con la partida.
Jugar al Black jack online
Hoy en día, este juego es uno de los más populares en su versión online. Los casinos virtuales, ofrecen las mismas emociones de juego que los salones de juego tradicionales.
Cada día, el número de jugadores online aumenta y se multiplica. El juego del Black jack online a día de hoy, es uno de los negocios más florecientes que encontramos en la Red. Ya son más de 3000 los salones online de las principales casas de juego internacionales.
Reglas del juego del Black jack
Juegan varios jugadores contra la banca. Éstos realizan sus apuestas y se reparten 2 cartas a cada jugador. Una vez con las dos cartas en su poder, los jugadores tienen dos opciones: pueden plantarse o pedir más cartas para acercarse al valor de 21. Por supuesto, hay que tener en cuenta que la apuesta se hace con el riesgo de pasarse y perder la cantidad apostada.
Finalmente, si esto no sucede, el jugador se planta en la cifra que considere oportuna. La banca tiene unas estrictas reglas: Si la puntuación obtenida por ella tuviera un valor inferior a 16, está obligada a pedir carta, se plantará si su puntuación alcanza 17, y no podrá volver a sacar carta. Los jugadores que superen a la banca cobraran la cantidad apostada y en el caso de conseguir black jack, esto es: si suman veintiuno con las dos dos primeras cartas. Se gana a razón de 3 a 2 según lo apostado.
Si las cartas iniciales lo permiten, un jugador puede doblar la apuesta, en cuyo caso solamente recibirá una carta más, y si las dos cartas recibidas fueren iguales, este jugador podría separarlas en dos apuestas, aportando la misma cantidad que la inicial y se jugarían dos manos con total independencia una de otra.
Estas reglas básicas son las habituales, pero en algunos casinos el juego se puede realizar de forma algo más compleja, dejando algunas cartas no visibles a los jugadores o repartiendo segunda roda de cartas a todos los jugadores de la mesa, con excepción de la banca, de manera que las distintas estrategias de los jugadores con respecto a la banca se vuelven mucho más interesantes.
Un juego sin duda, sólo apto para los amantes de las emociones fuertes.